
El arte de vacacionar
Por Isaac Darío Aguilar Ortega
Fotografía: Atzin Roxana Sanchez Juarez y Gisela Ivonne Cázares Cerda
Las vacaciones son un momento que anhelamos para descansar, relajarnos y salir de la rutina, sin embargo, más allá de ser un tiempo de ocio o diversión, puede convertirse en una gran oportunidad para acercarnos al arte y la creatividad. Aunque a primera vista parecen no estar relacionados, el arte puede darnos un nuevo significado, volviéndolas una experiencia creativa y reflexiva.
En esta edición de Revista Gaceta UAEH, entrevistamos a Gisela Ivonne Cázares Cerda, profesora investigadora del Área Académica de Artes Visuales en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), para explorar cómo el arte y las vacaciones se relacionan para crear un espacio donde se puede descubrir la belleza en lo inesperado.

La playa en Trouville (1870), de Claude Monet.
Fuente de inspiración
La palabra vacación proviene de la palabra latina vacatio, que a su vez viene del verbo vacare, que significa estar vacío o desocupado. En ese sentido, la docente Garza explicó que las vacaciones son un espacio en el cual, el arte encuentra un terreno fértil en el que más allá de pensar en entretenimiento, se abre una ventana para conocer, apreciar y entender otras culturas, al mismo tiempo que ampliamos nuestra mirada del mundo.
Bajo ese contexto, las disciplinas artísticas emergen como actividades a través de las cuales es posible plasmar nuestras emociones y sentimientos, al tiempo que nos invitan a reflexionar más allá de lo cotidiano, a apreciar nuestro entorno y a reconectar con nuestra creatividad, algo que, en medio del ajetreo diario, resulta casi imposible de hacer.
Durante las vacaciones buscamos siempre un destino en el cual nos sintamos plenos, ya sea el bosque o la playa, lo ideal es que ese lugar evoque las emociones que más anhelamos. El arte posee una relación similar con el ser humano, pues nace de las y los artistas, pero una vez plasmado en el lienzo, la partitura o en alguna escultura, impacta al espectador de una manera única e irrepetible.
“El arte siempre quiere transmitir algo, nos puede generar placer, emoción o alegría, pero tiene mucho que ver el ánimo con el cual nos acercamos a él. No todo es felicidad, la soledad, la melancolía y todas las sensaciones humanas también están presentes en lo que vemos o admiramos, pero no se trata solo de contemplar, el poder y la belleza del arte radica en que nos puede transformar”, compartió Gisela Cázares.

Gisela Ivonne Cázares Cerda, profesora de la UAEH
El impresionismo se caracterizó por capturar la luz y el color de una manera fugaz, priorizando la impresión visual sobre los detalles precisos.
Impresionismo: lo cotidiano hecho arte
Por otra parte, Gisela Cázares subrayó que a lo largo de la historia, las vacaciones han sido una fuente constante de inspiración para numerosos artistas, quienes aprovechaban sus momentos de descanso para descubrir y crear obras que nacen a partir de colores vibrantes, la emoción y la contemplación.
Es así, que a finales del siglo XIX surgió en Francia, el Impresionismo, movimiento artístico que tuvo como objetivo principal capturar la esencia de un momento particular, enfatizando la luz y el color en lugar de los detalles precisos. Los artistas de esa época buscaban representar sus impresiones visuales, influenciadas por la luz, más que por una representación objetiva de la realidad.
Artistas como Claude Monet, Paul Gauguin, Henri Matisse o Edward Hopper tomaron como inspiración sus vacaciones para retratar el ocio burgués, un viaje a Tahití, los largos veranos en el sur de Francia o sus largas estancias en una casa de verano. Con ello, lo cotidiano dio paso a algo más atmosférico, melancólico y artístico.

El Arte y la era digital
Durante la pandemia, el mundo vivió unas “vacaciones” obligadas, una pausa en la rutina marcada por la incertidumbre, pero que trajo consigo un espacio para la introspección y la observación. Desde nuestros hogares, fuimos testigos, a través de las pantallas, de cómo transcurría la vida cotidiana en otras partes del mundo.
La profesora Garza indicó que el cambio de ritmo le dio una nueva perspectiva a lo que antes se daba por sentado, y que en algunos casos, despertó una necesidad de crear, compartir y expresar lo vivido en el encierro. Asimismo, puntualizó que el mundo digital le permitió al arte encontrar nuevas plataformas y espacios para darse a conocer sin la necesidad de salir de nuestro hogar.
“Con la pandemia, el impulso artístico se reinventó para responder a una realidad inédita: desde personas que descubrieron su pasión por la pintura, la escultura o la música y comenzaron a crear sus propias obras, hasta quienes aprovecharon el entorno digital para hacer recorridos virtuales por museos y galerías. A pesar de la situación, el arte permaneció vigente”, sostuvo.

“Rooms by the sea” (1951), de Edward Hopper
“El arte siempre quiere transmitir algo, nos puede generar placer, emoción o alegría, pero tiene mucho que ver el ánimo con el cual nos acercamos a él”, externó Gisela Cázares.
Hidalgo, una entidad cercana al arte
El estado de Hidalgo es un destino turístico que invita a la contemplación y al asombro. Sus vastos paisajes naturales y el ambiente casi irreal que emana de su riqueza geográfica lo vuelven un sitio idóneo para el dibujo, la pintura, la escultura o la música. A ello se suma la presencia del Instituto de Artes (IA) de esta casa de estudios, donde se forman las nuevas generaciones de artistas.
Respecto a ello, Gisela Cázares destacó el crecimiento del Instituto desde su fundación. Además, señaló que contar con una escuela de arte cercana a la Ciudad de México (CDMX) representa una excelente oportunidad, no solo en términos laborales para quienes egresan, sino también por la amplia oferta artística disponible en la zona.
“En materia artística, el estado ofrece una gran variedad de exposiciones temporales. Asimismo, la UAEH, a través del IA y sus centros culturales, cuenta con una oferta importante de talleres y actividades. Pero su cercanía con la CDMX le permite a las personas acceder a otras expresiones y sitios culturales. Al final, las vacaciones se tratan de disfrutar lo que nos gusta, vivir nuestras emociones al máximo y apreciar todo aquello que nos rodea”, concluyó.