Revista Gaceta UAEH

El camino de Daniela en el Dodgeball


Por Itzel Paredes Baños
Fotografía: Daniela Santander


El camino de Daniela en el Dodgeball

El dodgeball, conocido como “quemados”, ha pasado de ser un juego escolar a un deporte de alto rendimiento, consiste en que dos equipos de seis integrantes buscan eliminar al rival lanzando una pelota. Detrás de su aparente sencillez hay velocidad, estrategia y mucha entrega; aunque en México aún es poco conocido, su popularidad crece gracias a jóvenes quienes lo practican y representan a nivel mundial.

Una de ellas es Daniela Santander, estudiante de la Licenciatura en comunicación en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), quien descubrió este deporte después de practicar sóftbol. Su habilidad para lanzar con fuerza y exactitud la llevó a destacar, convirtiéndose en parte de la selección mexicana. Desde entonces, su vida gira entre entrenamientos, clases y competencias, demostrando que el esfuerzo constante abre puertas inesperadas.

Su primera experiencia internacional fue en el Campeonato Mundial de Dodgeball, celebrado en Austria. A pesar de que el reto fue enorme, la emoción de representar a México en una competencia con más de veinte naciones la marcó profundamente. Daniela recuerda esa etapa como un gran aprendizaje, debido a que se enfrentó a deportistas de alto nivel y tuvo que adaptarse a culturas distintas; esta vivencia fortaleció su compromiso con el deporte y con su propio crecimiento personal.

Meses después llegó el triunfo en Colombia, durante el Panamericano de 2025, donde nuestro país logró subir al podio tras una preparación intensa. La estudiante Garza relata que como equipo analizaron cada partido, corregían errores y entrenaban constantemente. Para ella, haber obtenido el primer lugar representa la recompensa a horas de dedicación y sacrificio.



“La adrenalina en el momento es algo impresionante, todos llorábamos y gritábamos al levantar la medalla” comentó.


El camino de Daniela en el Dodgeball 2

Pero detrás de cada victoria hay un gran esfuerzo por equilibrar la vida universitaria y deportiva, reconoce que mantener un rendimiento académico mientras entrena casi a diario es un desafío, sin embargo, la constancia y la organización han sido sus mayores aliadas, permitiéndole cumplir con sus responsabilidades escolares sin dejar de lado su pasión por el deporte, así como el compromiso con su equipo.

Su historia, también, evidencia la falta de apoyo al deporte emergente en México. Muchas veces, los atletas deben cubrir sus propios gastos para viajar o competir, organizando rifas o bazares. Daniela considera fundamental que se ofrezcan becas deportivas y mayor visibilidad a disciplinas que son menos populares o poco conocidas, pues el deporte no solo forma campeones, también enseña valores y ofrece un espacio para liberar el estrés académico.

Finalmente, invita a los estudiantes a atreverse, a intentar algo nuevo, sin miedo a fracasar o al qué dirán. Cree que siempre hay tiempo para todo si se aprende a organizar y a priorizar lo que realmente apasiona. El dodgeball cambió su forma de ver la vida: le enseñó que la verdadera competencia no está en vencer a otros, sino en superarse a uno mismo.



“Si realmente te gusta, hazlo. Siempre hay tiempo si aprendes a organizarte; no te cierres a las oportunidades solo por miedo o cansancio” expresó.


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