Los hombres sensibles también transforman la esfera social
Por Nelly Téllez Islas
Fotografía: Carlos Alberto Martínez Ramírez
Pese a los avances sociales, la elección de la profesión sigue influenciada por los estereotipos de género que asignan roles según el sexo. Esto afecta especialmente a los hombres, quienes a menudo se ven limitados en sus opciones, ya que no pueden elegir libremente de acuerdo a sus gustos y expectativas profesionales. Un claro ejemplo es la Licenciatura en Trabajo Social, donde persiste la idea errónea de que es “para mujeres”.
Para abordar este fenómeno, Raúl García García, profesor investigador y jefe del Área Académica de Trabajo Social del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), nos explicó el contexto histórico y social que ha marcado la feminización de esta carrera.
Raúl García García, profesor investigador del ICSHu.
El científico Garza señaló que esta profesión, desde sus orígenes, ha estado ligada al cuidado, y que, al ser un rol históricamente asociado a las mujeres, aún persiste un estigma que limita la participación masculina en este ámbito.
Esto se debe a que la carrera surgió en un contexto en el que el Estado promovía una visión centrada en el bienestar, lo que terminó asociándose fuertemente con una idea de género que atribuía los cuidados a una responsabilidad femenina. No obstante, García García enfatizó que esta perspectiva responde a una visión patriarcal, cuando en realidad debería comprenderse como una práctica orientada al respeto, la atención a las personas y la construcción de una sociedad más justa, principios que no están ligados a ningún género.
Advirtió que, a pesar de los esfuerzos por desmitificar esta disciplina, la inclusión masculina ha sido lenta. En su experiencia docente, siguen siendo muy pocos los varones que eligen estudiar Trabajo Social, ya que en el imaginario colectivo, esta licenciatura se ha feminizado; sin embargo, el programa está orientado a la justicia social y la transformación comunitaria.
Cuidados sin género: tarea humana y política
Dado que muchas personas aún creen que los hombres deben centrarse en espacios públicos y en la toma de decisiones, persiste la idea de que este programa académico no es para ellos, ya que se asocia con el cuidado y las labores domésticas, tareas históricamente asignadas a las mujeres.
“Pero cuando hablamos de los cuidados, nosotros lo hacemos desde un enfoque ético-político, es decir, no se trata de un tema vinculado a un género en particular, sino de la dignificación de los seres humanos, para ello no es necesario ser hombre ni mujer, sino contar con una sensibilidad profunda”, afirmó el docente Garza.
Ante este panorama, Raúl García explicó que el hecho de que existan varones sensibles, cuidadosos y empáticos ante diversas situaciones no significa que no busquen generar cambios sociales a través de acciones y políticas públicas. Para ello, no es necesario optar por profesiones que socialmente se consideran más “adecuadas” para los hombres.
Ya que esta disciplina permite abordar los problemas sociales analizando las causas profundas de la desigualdad y proponiendo soluciones con un enfoque centrado en las personas, que puede ser desde la mediación en contextos familiares y comunitarios, hasta el trabajo por la cohesión social y la garantía de la dignidad de todas las personas, especialmente de aquellas en situación de vulnerabilidad, sin necesidad de estudiar Derecho, Políticas Públicas u otras carreras.
Hasta que no se rompa el patriarcado, no habrá justicia social
“Para mí, es indispensable acabar con ese sistema de ideas patriarcales. Si no se rompen esas creencias de que el hombre dentro del hogar, no llora ni realiza labores domésticas y que fuera de casa solo él debe tomar decisiones o estudiar carreras como ingenierías, seguiremos reproduciendo un imaginario limitado. No hay otra forma de hacerlo que construyendo una sociedad desde la perspectiva de género, que nos amplía el horizonte para intervenir y transformar esa visión. Pero también veo otro reto: cuestionar este sistema capitalista que entiende los cuidados como una simple ayuda, porque no lo son”, destacó.
En este sentido, comentó que el cuidado es un derecho fundamental vinculado a la justicia social y al desarrollo colectivo, especialmente de personas en situación de vulnerabilidad, como adultos mayores o niños que han vivido violencia, quienes requieren de un acompañamiento digno.
De tal manera que, para ofrecer un apoyo de manera profunda y no como un simple paliativo, Trabajo Social aporta una visión crítica, al reconocer que muchas carencias no son individuales, sino consecuencia de un sistema desigual, por ello, es necesario transformar estructuras patriarcales y avanzar hacia una sociedad más justa.