Respeto y empatía: comprender la diversidad alimentaria en los espacios universitarios
Por: Alejandra Morales
Fotografía:Freepik
En la actualidad ideologías como el vegetarianismo y el veganismo han ganado presencia entre la juventud, pero persisten creencias y comentarios que reflejan una falta de comprensión hacia quienes deciden no consumir productos de origen animal. Estas situaciones ponen en la mesa del debate público la necesidad de fortalecer una cultura de respeto hacia la diversidad de pensamiento y elección personal.
Ante el creciente interés por estilos de vida más conscientes dentro de la comunidad universitaria, aunada a la preocupación por el ambiente y el bienestar personal. Una estudiante de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), compartió su experiencia al adoptar una alimentación vegetariana motivada por ideales éticos como el respeto hacia los animales.
Mencionó que su elección está relacionada con el principio del antiespecismo, el cual rechaza toda forma de explotación hacia otros seres vivos. Reconoce que no ha sido un proceso sencillo, pues factores económicos y sociales han limitado su transición hacia el veganismo.
En su experiencia hacia la vida laboral, la estudiante ha enfrentado comentarios en tono de burla y condescendencia, aunque no siempre son intencionados, siente la incomodidad de otras personas ante su elección de alimentación que dista de la mayoría de la población. A pesar de ello, y con el tiempo, aprendió a mantener la calma y priorizar su bienestar emocional ante las críticas y considera que la mayoría de estas reacciones vienen del desconocimiento o de la falta de empatía.
“No me molesta que alguien no comparta mi decisión, pero sí que se asuma que es una moda o una exageración”, declaró.
Lo cual ha ocasionado que sus relaciones laborales se conviertan en un reto, ya que en ocasiones siente una falta de apertura hacia las diferencias, específicamente en espacios donde se tiene una visión cerrada sobre lo que se considera “normal”. Debido a esto, aprendió a desenvolverse, evitando confrontaciones innecesarias y acudiendo al diálogo como un modo para generar comprensión.
En el ámbito familiar, comentó que, aunque al principio su decisión causó sorpresa, con el tiempo su familia mostró disposición por entender sus razones. El proceso que vivió de adaptación fue gradual, pero muy gratificante, ya que permitió fortalecer la comunicación y el respeto dentro del hogar.
“Prefiero explicar desde el respeto que imponer mi punto de vista”, destacó.
La estudiante considera que los prejuicios hacia las personas vegetarianas o veganas reflejan una falta de sensibilidad. Considera la información como una herramienta para evitar la desinformación y el juicio sin fundamentos, pues en su opinión la falta de conocimiento también puede ser una oportunidad para aprender que existen formas distintas de ver la alimentación y sobre las elecciones que se hacen por cuestiones éticas.
Destacó el papel de las universidades y de los espacios laborales que deben apoyar en informar de la tolerancia y el entendimiento mutuo. Fomentar el intercambio de ideas y el respeto por las diferencias contribuye a construir entornos más justos e incluyentes, afirmó. Su testimonio recuerda que la universidad no solo es un espacio para la formación académica, sino también para el desarrollo de valores.
Promover la empatía, el diálogo y el respeto hacia las decisiones personales nos hace partícipes de una comunidad más consciente. En este sentido, la comprensión de la diversidad alimentaria puede verse como un reflejo del entendimiento hacia otro ser humano, pues las elecciones personales se convierten en una parte identitaria que no tiene ninguna implicación o daño hacia otras personas.
“Cuando hay disposición de escuchar, el respeto llega por añadidura”